ROMA
CAPÍTULO 1: EL ÁGUILA ROBADA
En el año 52 aC, después de años de guerra, Julio César ha
puesto fin a la sangrienta conquista de la Galia. Cuando está preparando
la celebración de su victoria y la vuelta a Roma con su ejército, recibe la
noticia de que su hija Julia ha muerto al dar a luz. Inmediatamente, intenta
ayudar a Pompeyo “El Grande”, su hijo político, para que encuentre una nueva
esposa.
En Roma, Attia, la astuta
sobrina de César, y Servilia, ex amante de César y madre de Bruto, esperan
ansiosas su vuelta, mientras la clase dominante teme que este regreso suponga
una amenaza para la clase dirigente, los patricios.
Cuatrocientos años
después de la fundación de la República, Roma se convirtió en la ciudad
más rica del mundo, una metrópoli con un millón de habitantes a punto de
convertirse en un Imperio. La República, fundada a partir de los principios del
poder compartido, se tambalea por culpa de la corrupción y el exceso. La clase
dominante se ha vuelto muy poderosa y hay un gran abismo que separa a las
clases sociales.
El poder se concentra en
el Senado, y en los dos Cónsules: es decir, por Pompeyo “el Grande” y
Julio César. Pompeyo, tiene el apoyo de Catón, Cicerón, Metelo, Escipión y
otros senadores que intentan convencerle de que renuncie a Julio César, por
miedo a que en su vuelta triunfal, su popularidad entre las masas populares, le
aúpe al poder en solitario. Éste se debate entre su deseo de mantener el poder
o su larga amistad con César, el padre de su recientemente fallecida esposa.
Attia en ese momento
decide encargarse de aliviar el dolor de Pompeyo ofreciéndole a su hija, Octavia como
esposa, a pesar de que la joven está profundamente enamorada de su actual
marido, un plebeyo. Con la intención de jugar en ambos bandos, Attia también le
envía a César un regalo a través de su hijo de once años, Octavio, que
tendrá que realizar un peligroso viaje para llevarle a César un majestuoso
caballo blanco. Sin embargo, Octavio es capturado en una emboscada por unos
galos.
Mientras, el águila
dorada, símbolo del poder del ejército, ha sido robada. Marco Antonio,
comandante del ejército y primo de César, envía a dos soldados (Lucio Voreno y
Tito Pullo) a buscarla. A pesar de sus diferencias (Lucio Voreno es un
honorable y pragmático centurión y Tito Pullo es un arrogante y rebelde
legionario) ambos forman un buen equipo y no sólo recuperarán el insignia,
sino que conseguirán la cabeza del ladrón que resulta ser un esclavo de
Pompeyo. Además liberan al joven Octavio, con lo que se inicia la relación
entre los dos soldados y la familia Julia. A partir de este momento la guerra
ha comenzado...
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